España no ha concluido la destrucción cíclica de empleo iniciada en 2008, y el ritmo al que ha devorado desde entonces puestos de trabajo ha sido tal, que hoy estamos como hace siete años, mídase por ocupación en términos de encuesta de población activa o por registro de cotizantes con empleo en la Seguridad Social. Febrero ha vuelto a destruir empleo, que se ha concentrado en los servicios comerciales, y revela que España tiene hoy poco que ofrecer a los recién llegados al mercado de trabajo, a los jóvenes: el paro en este colectivo crece cinco veces más que en las edades maduras.
El número de parados registrados en las oficinas públicas llega a 4,29 millones, tras subir 68.260, un 1,6%. El avance es de solo 36.075 si se desestacionaliza el comportamiento de la variable, mientras que en febrero de 2010 el aumento fue algo superior (82.000 personas). El avance es similar en todos los sectores. Pero es especialmente llamativo el avance del colectivo de desempleados que buscan su primer empleo, los jóvenes, que se incrementó el triple, hasta un 3,8%.
Además, si solo se analiza los menores de 25 años, el desempleo registra un incremento de 22.555 personas, nada menos que un 5%, cuando entre los colectivos de mayores de tal edad el avance es de solo un 1%. No es España país para jóvenes en términos de empleo, por tanto. La propia EPA revela que la tasa de desempleo de los jóvenes supera con creces el 42%. Como consecuencia de esta pasividad en la generación de ocupación, el número de contratos descendió en febrero.
El análisis del empleo contabilizado en la Tesorería de la Seguridad Social no es diferente del revelado por Trabajo. Los afiliados cotizantes con empleo descienden en febrero en 14.744, hasta 17,35 millones, cifra que ya se registraba en 2004. En términos desestacionalizados (corregido el efecto del calendario), los afiliados cotizantes descienden en 62.000 personas. En el régimen general, sin embargo, se registra un ligero avance, de 16.243 personas. El castigo sigue concentrándose en los servicios comerciales, con una caída de 18.000 cotizantes, mientras que se ha producido un repunte en hostelería, construcción y servicios sanitarios. El ritmo de descenso de cotizantes es del 1,3% en tasa interanual, ligeramente superior al 1,1% de enero, aunque es justo la mitad que hace un año.
La tasa de reposición, medida como número de afiliados sobre pensionistas, desciende al 2,53%. Pero si se descuentan los afiliados desempleados, que son nada menos que 2,85 millones y que mantienen su cotización mientras sean perceptores de desempleo contributivo, la tasa de reposición desciende al 2,17%. La particularidad de que los desempleados mantengan su aportación al sistema de la Seguridad Social durante los 24 meses que como máximo dura su prestación mantienen a la Seguridad Social al borde de los números negros.
Dado que en este primer semestre habrá una caída importante de cotizantes-desempleados, la Seguridad Social podría ver comprometida su salud financiera, salvo que medie una súbita reconstrucción del empleo, que no aparece en el horizonte, puesto que el crecimiento es lento, y apenas da frutos en términos de empleo.
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