El sector bancario está asistiendo a su propia catarsis. Las entidades se han visto obligadas a iniciar un proceso de reestructuración que ha acabado de un plumazo con más de la mitad de las cajas de ahorros. Esto ha provocado que más de 11.000 trabajadores hayan perdido su puesto de trabajo y otros tantos hayan tenido que asumir funciones y responsabilidades laborales distintas a las acostumbradas. Además, la mayoría de los trabajadores que salen de este sector acaba reubicándose en otro distinto.
La oleada de cambios ha puesto de relieve la figura de la empresa de outplacement. La reubicación de empleados después de un despido es una práctica que va en aumento, sobre todo en momentos en los que el paro ya alcanza el 20%. La recolocación se basa en un conjunto de técnicas que sirven para volver a colocar a trabajadores de empresas que por fusiones, adquisiciones o reestructuraciones deben abandonar su puesto laboral.
La mayoría de los 11.000 empleados que ha salido de las cajas lo ha hecho a través de prejubilaciones y este es el motivo que esgrimen muchas entidades para explicar por qué no han contratado ninguna compañía de outplacement para reubicar a estos trabajadores en otros puestos. Sin embargo, compañías como BPI y Creade Lee Hecht Harrison sí reconocen haber trabajado durante este proceso de reestructuración financiera con alguna caja de ahorros, proporcionándole fundamentalmente servicios de acompañamiento social. Una función importante porque, tal y como recuerda Orestes Wensell, director comercial de Creade, “el tiempo de recolocación se reduce en cuatro o cinco meses si se está acompañado”.
Según Marisa Latiegui, consultora experta de BPI, empresa de recursos humanos, “la mayor parte de los empleados que salen de las entidades acaba recolocada en otros sectores y son pocos los que se quedan en el financiero”. Y no por falta de oportunidades. Los más cualificados pueden optar por seguir en el mundo de la banca, convertirse en agentes financieros autónomos con su propia cartera de clientes o sumergirse en el mundo de los seguros. Los profesionales más competentes o los que disponen de conocimientos informáticos son los que logran avanzar en el organigrama de la empresa.
Sin embargo, esta profesión es muy cambiante. Este es uno de los principales motivos por los que “es complicado volver al mismo sector” y muchas de las personas que ahora salen de bancos y cajas se acercan a otras parcelas profesionales o, incluso, deciden iniciar un proyecto diferente. Wensell asegura que “aproximadamente el 15% de los trabajadores salientes decide montar un negocio con las indemnizaciones recibidas”.
Nuevo perfil
Pero, ¿qué perfil es el que ahora está buscando la banca? Los cambios que está experimentando el sector financiero acaban salpicando, irremediablemente, al perfil laboral que necesitan. La banca ya no se reduce al trato con los clientes, según fuentes de BBVA “ahora se buscan personas que dominen varios idiomas (no sólo el inglés), con una formación distinta a la acostumbrada en el sector (ingenieros, informáticos, matemáticos), dispuesta a viajar y vivir en otra ciudad diferente a la suya y con capacidad comercial”. No en vano, y tal y como indica La Caixa, uno de los principales retos de muchas entidades es la internacionalización.
En empresas como éstas, en las que existen multitud de áreas profesionales, la evolución del entorno “produce continuas necesidades de nuevos perfiles profesionales cualificados”, destacan desde Catalunya Caixa. Se abren nuevas posibilidades laborales relacionadas, muchas de ellas, “con los canales online y gestión de clientes”. En cualquier caso “no podemos hablar de un perfil único”.
Anticipación
La buena suerte existe pero hay que buscarla. Todas las compañías de recolocación y recursos humanos consultadas por Expansión y Empleo coinciden en que hay oportunidades en el mercado, pero hay que ser activo para aprovecharse de ellas. “Buscar trabajo se convierte en un trabajo”, asegura Wensell. Y no le falta razón. Las personas que deciden buscar un nuevo puesto laboral deben emplear en torno a 25 y 35 horas semanales y anticiparse, es decir, comenzar la búsqueda desde el momento en que se conoce el despido.
Primero, deben definirse: la experiencia que poseen, su valor diferencial, las funciones que han tenido en el pasado, las responsabilidades que han tomado en sus diferentes puestos, etcétera. Una vez dibujado su autorretrato, hay que determinar un plan de márketing: dónde hay oportunidades, empresas a las que se puede optar y no centrarse únicamente en el sector en el que siempre se ha trabajado.
Javier Ayuso, director general de Unique, empresa dedicada a recursos humanos, explica que “algunas personas deben pasar por un proceso formativo que les permita ser más competitivas en el mercado”, sobre todo cuando han estado la mayor parte de su vida laboral dedicadas a las mismas funciones.
Según Creade, el tiempo medio que tarda un trabajador en encontrar un nuevo empleo es de 6,3 meses, frente a los 7,2 meses que se tardaba en 2009. El motivo, según Wensell, es que ahora se le está dando importancia a la anticipación. En BPI y DBM, compañía dedicada al outplacement, no opinan lo mismo. Según ambas, el tiempo medio que se tarda en encontrar trabajo ha aumentado. DBM señala que actualmente los procesos de selección “se están dilatando y las empresas tardan mucho en tomar decisiones de contratación”, por lo que el tiempo medio ha aumentado hasta los 4,2 meses frente a los 3,7 meses en 2009. “Aún así, la tasa de recolocación de los profesionales de banca no supera los 4,7 meses de media”.
Según un informe de Page Personnel, empresa de trabajo temporal especializado y selección directa, un total de 482 empleados han logrado recolocarse en el área de finanzas y banca.
La oleada de cambios ha puesto de relieve la figura de la empresa de outplacement. La reubicación de empleados después de un despido es una práctica que va en aumento, sobre todo en momentos en los que el paro ya alcanza el 20%. La recolocación se basa en un conjunto de técnicas que sirven para volver a colocar a trabajadores de empresas que por fusiones, adquisiciones o reestructuraciones deben abandonar su puesto laboral.
La mayoría de los 11.000 empleados que ha salido de las cajas lo ha hecho a través de prejubilaciones y este es el motivo que esgrimen muchas entidades para explicar por qué no han contratado ninguna compañía de outplacement para reubicar a estos trabajadores en otros puestos. Sin embargo, compañías como BPI y Creade Lee Hecht Harrison sí reconocen haber trabajado durante este proceso de reestructuración financiera con alguna caja de ahorros, proporcionándole fundamentalmente servicios de acompañamiento social. Una función importante porque, tal y como recuerda Orestes Wensell, director comercial de Creade, “el tiempo de recolocación se reduce en cuatro o cinco meses si se está acompañado”.
Según Marisa Latiegui, consultora experta de BPI, empresa de recursos humanos, “la mayor parte de los empleados que salen de las entidades acaba recolocada en otros sectores y son pocos los que se quedan en el financiero”. Y no por falta de oportunidades. Los más cualificados pueden optar por seguir en el mundo de la banca, convertirse en agentes financieros autónomos con su propia cartera de clientes o sumergirse en el mundo de los seguros. Los profesionales más competentes o los que disponen de conocimientos informáticos son los que logran avanzar en el organigrama de la empresa.
Sin embargo, esta profesión es muy cambiante. Este es uno de los principales motivos por los que “es complicado volver al mismo sector” y muchas de las personas que ahora salen de bancos y cajas se acercan a otras parcelas profesionales o, incluso, deciden iniciar un proyecto diferente. Wensell asegura que “aproximadamente el 15% de los trabajadores salientes decide montar un negocio con las indemnizaciones recibidas”.
Nuevo perfil
Pero, ¿qué perfil es el que ahora está buscando la banca? Los cambios que está experimentando el sector financiero acaban salpicando, irremediablemente, al perfil laboral que necesitan. La banca ya no se reduce al trato con los clientes, según fuentes de BBVA “ahora se buscan personas que dominen varios idiomas (no sólo el inglés), con una formación distinta a la acostumbrada en el sector (ingenieros, informáticos, matemáticos), dispuesta a viajar y vivir en otra ciudad diferente a la suya y con capacidad comercial”. No en vano, y tal y como indica La Caixa, uno de los principales retos de muchas entidades es la internacionalización.
En empresas como éstas, en las que existen multitud de áreas profesionales, la evolución del entorno “produce continuas necesidades de nuevos perfiles profesionales cualificados”, destacan desde Catalunya Caixa. Se abren nuevas posibilidades laborales relacionadas, muchas de ellas, “con los canales online y gestión de clientes”. En cualquier caso “no podemos hablar de un perfil único”.
Anticipación
La buena suerte existe pero hay que buscarla. Todas las compañías de recolocación y recursos humanos consultadas por Expansión y Empleo coinciden en que hay oportunidades en el mercado, pero hay que ser activo para aprovecharse de ellas. “Buscar trabajo se convierte en un trabajo”, asegura Wensell. Y no le falta razón. Las personas que deciden buscar un nuevo puesto laboral deben emplear en torno a 25 y 35 horas semanales y anticiparse, es decir, comenzar la búsqueda desde el momento en que se conoce el despido.
Primero, deben definirse: la experiencia que poseen, su valor diferencial, las funciones que han tenido en el pasado, las responsabilidades que han tomado en sus diferentes puestos, etcétera. Una vez dibujado su autorretrato, hay que determinar un plan de márketing: dónde hay oportunidades, empresas a las que se puede optar y no centrarse únicamente en el sector en el que siempre se ha trabajado.
Javier Ayuso, director general de Unique, empresa dedicada a recursos humanos, explica que “algunas personas deben pasar por un proceso formativo que les permita ser más competitivas en el mercado”, sobre todo cuando han estado la mayor parte de su vida laboral dedicadas a las mismas funciones.
Según Creade, el tiempo medio que tarda un trabajador en encontrar un nuevo empleo es de 6,3 meses, frente a los 7,2 meses que se tardaba en 2009. El motivo, según Wensell, es que ahora se le está dando importancia a la anticipación. En BPI y DBM, compañía dedicada al outplacement, no opinan lo mismo. Según ambas, el tiempo medio que se tarda en encontrar trabajo ha aumentado. DBM señala que actualmente los procesos de selección “se están dilatando y las empresas tardan mucho en tomar decisiones de contratación”, por lo que el tiempo medio ha aumentado hasta los 4,2 meses frente a los 3,7 meses en 2009. “Aún así, la tasa de recolocación de los profesionales de banca no supera los 4,7 meses de media”.
Según un informe de Page Personnel, empresa de trabajo temporal especializado y selección directa, un total de 482 empleados han logrado recolocarse en el área de finanzas y banca.
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